O sea, una vez que se instauren los derechos civiles del matrimonio entre las parejas humanas, de cualquiera combinación de género que sea, seria interesante cuestionar este cliché, para mi, folclórico y hasta de mal gusto: el hecho de que sea de conocimiento público que Mario salió del clóset, o Lucia sorprende a todos cansándose con Mercedes.
Es cierto que por ahora, debido a la represión, estos actos de encontrarnos obligados a decirle a los demás la preferencia sexual, sirven para educar a la conciencia conservadora de que existen, que son normales, e incentivar a los que se encuentran reprimidos a que se liberen de la sociedad heterosexual y exijan su derecho a ser y manifestar quienes son.
Por ello considero que una vez exista conciencia social, y leyes que protejan los derechos de igualdad civil para todas las combinaciones de uniones de géneros como transgéneros, el próximo paso debe ser que las preferencias sexuales de cada quien, sean de cada quien.
Debemos empezar a vernos como mentes, y no tomando como referencia a los órganos sexuales, porque eso es primitivo e ilógico. Mentes, como dos mentes que se aúnan en una union civil por voluntad mutua, como dos mentes que deciden a la salida de un club, tener una relación sexual.
La sociedad heterosexual, ejerciendo el poder de ser mayoría, sea por sus prejuicios, o creencias religiosas, idearon una sociedad sin espacio, o con espacio escaso para las minorías distintas, así distorsionaron la realidad y la cultura, porque estas minorías siempre han existido.
Eso es lo que trae hacerse de una opinión en este sentido, tomando como referencia a los órganos sexuales de cada quien y lo que hacen con ellos. Lo sensato es considerarnos como "mentes" y dejar atras ese arcaico modo de ver; considerar la problemática toda desde la mente, pues este es un problema de la mente, un contenido, una información errónea que afecta a los demás, pues las preferencias vienen con uno y son de la naturaleza.